Llaman que nueva Constitución recoja las demandas del mundo popular y borre todo vestigio de la herencia pinochetista

Dirigentas políticas y gremiales enfatizaron en la necesidad de que el proceso constituyente sea una herramienta eficaz para terminar con el modelo económico y social que nos rige.

Así lo expresó la Secretaria General de la Confederación de Trabajadores del Cobre, Ana Lama, señalando que hoy Chile tiene la oportunidad histórica de redactar una Carta Fundamental surgida desde el mundo popular y la conciencia de clases.

 

La dirigenta de los trabajadores cupríferos sostuvo que el cambio constitucional debe implicar que el trabajo decente sea un derecho y que nadie sea excluido por raza u origen social.

 

Por su parte, la abogada de DD.HH. Julia Urquieta advirtió que el principal cuestionamiento a la constitución pinochetista  es ideológico, pues impone un modelo de sociedad mezquino y ajeno a las mínimas garantías ciudadanas.

 

Julia Urquieta enfatizó que sostener nuestra democracia  no es un problema de consensos, quedando  a su juicio demostrado con una revuelta  social que se levantó en contra de aquellos acuerdos que permitieron proteger la actual ley de pesca y los fraudes cometidos por el exyerno de Pinochet en SQM.

 

Finalmente ambas dirigentas rechazaron esta política de consensos  en el proceso constituyente, pues implican mantener este modelo de consumo, de privatizaciones, de especulación financiera y de los abusos que agobian por décadas a la gran mayoría de los chilenos.