Un Híper-Texto vale más que mil palabras

Por Sergio Reyes Tapia. Editor General de Prensa RNM. Magister en Comunicaciones y Políticas Públicas Ph. D. Comunicaciones.

Nunca el mundo había vivido tan conectado y manipulado, pero al mismo tiempo, tan mal comunicado e informado. La supuesta llegada de la emancipación digital y la horizontalidad comunicacional, al no conocerla del todo, podría abandonarnos tras el exceso constante y fatigoso de “información” que recibimos a diario. Esa persistente invasión de datos y rumores que nos llegan, es la aglomeración de los hombres sin comunidad virtual, por eso son tomados por algunos como datos y rumores.

Aquellos datos y rumores podrían quedarse en aquello si no tienen la posibilidad de hacer la propia experiencia política-comunicacional-colectiva. Algunos conglomerados políticos y medios de comunicación ejercen esa “variante faro” interpretativa para el consumidor- militante, otros no.

Al mismo tiempo, la comunicación política, que se permiten los espacios virtuales de significación, navega junto a otros productos que también podrían interesar al consumidor; tales como sentirse dueño de elegir lo que uno desea o le interesa; participar cuando quiera de los debates; invitar a charlar cuando se navega en áreas de otras índoles; o apagar el  mundo virtual a su antojo.

Es decir, las redes virtuales están hechas para que cada individuo se convierta en el protagonista de la resistencia, del orden, de la contra-conducta. La experiencia en las redes es individual-emocional, y lo es para licuar el espacio público.

Lo anterior, a diferencia de los medios de comunicación de masas, que permitían los discursos argumentativos en el mundo de la oralidad; la ampliación del libro y del periódico en el mundo de la escritura; la propaganda política en el mundo audiovisual.

Hoy, los medios sociales y las redes informáticas nos conducen a los Consensos y la participación de los grupos que se involucran en el debate, y donde cada uno se vuelve un actor social, es decir, las redes favorecen a los militantes y a quienes quieren ser parte de la historia, los otros quedarían afuera, y quién se hace cargos de los que quedan afuera, que es la gran mayoría: La virtualidad de la técnica y la cibernética se inclinan ante el contacto personal de los que están afuera, a quienes ya identificó en los algoritmos como “indecisos, contrarios o independientes” para ser abordados y convencerlos para decidir en los asuntos colectivos.

Conectados.

Así, la historia virtual es real en tanto virtual, y se construye en base a los fundamentos que nos da la híper-textualidad, que edifica el sustento de veracidad, credibilidad y significación de lo que revisamos en las redes, y de lo que nos llega.

Un sitio web sin híper-textualidad, inter-actividad, e híper-conectividad, (inteligencia conectada) podrá tener cientos de miles de “visitas” o “auditores”, pero estos medios sociales, hay que tenerlo claro, no operan como los medios de comunicación de masas, en donde las audiencias y las encuestas cuantitativas sí resolvían sus logros y sus resultados, el medio social virtual (sus operadores) comunican de manera personal al navegante individualizándolo y procesando sus gustos y emocionalidad.

En conclusión, la híper-textualidad nos permite acceder a la “realidad” y convertir ese dato en experiencia política-comunicacional colectiva. Por tanto, es fundamental reconocer ese link preciso en el híper-texto que sustenta y corrobora lo que argumentamos.

Al mismo tiempo, la inter-actividad nos permite relacionarnos con ese entorno digital tan necesario para crear comunidad e identidad, es decir, reconocernos en las relaciones colectivas digitales e individuales alternativas.

El cíber-navegante requiere decir y mostrar su individualidad activa-alternativa que se multiplica en la híper-conectividad o enlazamiento de dimensiones, de espacios y de tiempos de convergencias, que algunos lo leen como comunicación horizontal.

Así, de esta manera, ese navegante y ese sitio web será alternativo, sólo cuando se inscriban y se reconozcan en la diversidad, mostrando su propia identidad digital.